domingo, 30 de diciembre de 2007

ETERNO

A veces, si la historia merece la pena, prefiero contarla antes de que un instante, mi instante, se difumine mientras busco el encuedre perfecto, la posición correcta, o la luz del momento.
Así es este instante, un japones pasa soriendo, mientras el retratado se inmortaliza durante toooda una tarde de primavera en Madrid.
Retiro, mayo de 2006.

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